quinta-feira, 25 de julho de 2013

Y justo yo que, tan llena de nada, quise dártelo todo.

Le encontré cuando no buscaba nada. Cuando menos quería encontrar a alguien. Le encontré cuando estaba en el auge de mi pequeña temporada de felicidad, melancolía y nostalgia. No quería encontrarle. Ni a él ni al mismísimo al que buscaba. Lo único que quería encontrar era una forma de poder transformar esa ”pequeña temporada” en el resto de mi vida. Me encontraba tan bien. Pero le encontré. Cumplía la mayoría de los requisitos de mi ”chico perfecto por el cual merece dejar de lado el auge de esa pequeña temporada”, aunque en ese momento sabía que si encontrara a un chico que cumpliera todos los requisitos, intentaría despistarme para no encontrarle, pero le quise encontrar a él. ¿Ya te ha pasado de encontrar algo que no creías necesario, pero cuando lo encontraste, quisiste tenerlo? Pues eso mismo me pasó a mí. Quería tenerle. Sabía que no era como los demás, había algo en él que me lo decía (y saber que él era medio gallego me hacía estar más segura de ello). Le encontré cuando menos quería, y ahora todo lo que quiero es que no se vaya. Solo quiero tenerle, y encontrar en él cosas que no creo que sean necesarias, pero cuando las encuentre, empiece a quererlas.

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